Te amé. Y el compás de espera de mi corazón
fueron tus latidos en mi pecho.
Tus suspiros, el ritmo de mi verso,
tus caricias, notas blancas y negras en el pentagrama de mi piel;
tus besos, balada infinita del universo,
única y sublime solo entre tú y yo.
Tú, sinfonía perfecta. Tú, la más dulce melodía
de Afrodita para mis sentidos.
M.J. Carrillo.
(11/02/2019)
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